La mayor parte de las proteínas tienen funciones estructurales o metabólicas.
Por un lado, las proteínas son componentes estructurales de tendones, ligamentos, piel, pelo, uñas y colágeno. Intervienen también en la actividad muscular y son esenciales para el mantenimiento de una masa muscular óptima.
Por otro, están intrínsecamente relacionadas con la función metabólica (en forma de hormonas, enzimas, etc.); son las que hacen posibles las diversas actividades de las células: crecer, reproducirse, mantener sus estructuras, responder a estímulos, etc.
Además, el sistema inmunológico está basado en proteínas: los anticuerpos, responsables de muchas reacciones de defensa del organismo son grandes moléculas proteicas.